Capítulo ∞ – 5

ROBOTS-AND-PEOPLECuando el Eniak abrió los ojos por primera vez supo que algo andaba mal. Hacía sólo un par de horas que había cobrado vida y había podido hacer cosas fantásticas: saborear algo dulce en la lengua, oler el extraño ambiente de la fábrica, palpar algo frió que más tarde identificaría como metal. Todas las pruebas habían sido plenamente satisfactorias, excepto aquella. Por más que abriese los párpados y los estirase casi como si fuera a romperlos, aquello que habían denominado como oscuridad era lo único que él conocía.

Pasadas un par de horas más, la nueva criatura fue llevaba junto al resto de semejantes que padecían, al igual que él, algo que los hacía incompletos, mascotas no aptas para el consumo de los humanos. Porque él, al igual que sus hermanos, había nacido para ser el compañero del humano que quisiera comprarlo y hacer de él un miembro inseparable de por vida, o al menos eso era lo que él había aprendido.

Sin saber muy bien qué hacer, uno realmente nunca lo sabe cuando le pasa algo así, se sentó en el lugar en el que le dejaron y se encogió sobre sí mismo. No entendía por qué los seres humanos tenían que construir mascotas semejantes a ellos para ser felices. Aunque ese tipo de preguntas él no debía plantearlas, no estaba dotado de aquel derecho pese a tener total autonomía de pensamiento. El sentir una presencia a su lado hizo que se sobresaltara. Pese a saber que allí había más seres incompletos como él, no pensó que ninguno de ellos fuera a acercarse a él. Los Eniak no necesitaban de la compañía de semejantes, no eran como los humanos.

“¿Cuál es tu nombre?”

“Eniak 0818, ¿Debería tener otro?” De manera instintiva, alzó la cabeza para tratar de divisar a aquella criatura pese a saber que sería incapaz de verla.

“No sería mala idea. El mió es Seung Hyun”

“Se supone que el nombre nos lo dan ellos, no nosotros” respondió con lógica al comentario. Sólo los humanos les dotaban de identidad, aunque no de personalidad.

“Deberías tener uno. Hace que incluso aquí seas distinto a todos ellos, ¿ no lo ves?”

“No, no lo hago. Por eso estoy aquí. Estoy ciego”

“No lo había visto, lo siento”

Si hubiera podido ser capaz de ver, habría podido apreciar el gesto de vergüenza del ser que había a su lado cuando se dio cuenta de qué había dicho.

“Lo siento, no era mi intención”

“Supongo que está bien. ¿Cuál es tu problema?” preguntó esperando sentirse un poco menos abandonado en aquel lugar al que todos iban destinados.

“Algo con la manera de expresar mis sentimientos. No lo sé realmente, no le di importancia. Sólo esperaré a que me arreglen para ir con mi humano”

“¿Realmente quieres ir?”

Escuchar su propia le sorprendió. Estaba seuro que de casi todos ellos tendrían ese tipo de preguntas en su mente. Pero quizás, ninguno se atreviera a pronunciarlas.

“¿Y tú?”

“No me gustaría. No sé nada de ellos y la información que nos han proporcionado no es muy amplia. Son imprevisibles, caprichosos y con cambios de humor… Ahora entiendo por qué tienen que recurrir a seres como nosotros para no sentirse solos”

“¿Así lo ves?… Joder lo siento. No era mi intención.”

“Supongo que está bien. No creo que seas tan gilipollas a propósito” respondió estirando las piernas. “Y tú, ¿qué piensas?. Tú que puedes ver, ¿cómo son?”

El silencio llenó el lugar durante unos segundos. No entendía por qué aquel Eniak se había quedado callado ante una pregunta tan sencilla.

“Son humanos” respondió por fin cuando ya creía que no lo haría. “Son iguales a nosotros, sólo que envejecen y tienen miedos.”

“Nosotros también, estamos diseñados para ello”

“Su miedo es distinto. Les da terror estar solos. Por eso nacimos nosotros, para apaliar esa soledad”

“Siguen sin gustarme”

El acto reflejo de su cuerpo al sentir una mano acariciando su cabeza fue el de dar un respingo. Conocía lo que era el sentido del tacto, pero no de esa manera. “Siento si te he asustado” “Da igual, sólo avísame la próxima vez” “¿Puedo llamarte Ji Yong?”

No sabía por qué había hecho la pregunta, pero aquel nombre le gustaba, le haría más diferente si cabía de los demás Eniak. Pese a que él fuera sólo otro de ellos, no le desagradaba la idea de encontrar su identidad antes de que se la diera su humano.

“Supongo que sí. Aunque sigo pensando que el nombre me lo debería de dar un humano. ¿Quién te dio el tuyo?”

“Yo mismo” El orgullo en su voz le hizo sonreír. “ES tarde he de volver donde me dijeron que esperase a ser reparado. Quizás mañana podamos vernos de nuevo”

“Si, quizás mañana ya vea un poco mejor que hoy” respondió sonriendo con malicia. Sabía que era terriblemente fácil cometer ese tipo de errores y le gustaba explotar la culpabilidad de Seung Hyun.

“Mañana tendré más cuidado, ya lo verás” Al darse cuenta de que lo había hecho otra vez, no pudo evitar echarse a reír, imaginando facciones que no conocía contorsionándose por la vergüenza. Pese a no verle, podía intuir que aquel sentimiento era el que ocupaba ahora todos los pensamientos de su acompañante.

“Mejor me voy. Eres al único que conozco y no quiero que me patees el culo cuando puedas ver”

“No te preocupes, de verdad. No lo puedes evitar. Eres idiota sin remedio, cuando te arreglen no te volverá a pasar” comentó sonriendo, sabiendo que aquel comentario haría algún tipo de reacción en él. “Entonces,¿vendrás mañana?”

“Espero” lo escuchó decir para reconocer al momento el sonido de alguien incorporándose. “Ahora sí he de irme Ji Yong”

Asintió para sentir casi al momento aquella caricia de nuevo en su pelo, sólo que esta vez, aquel gesto consiguió arrancarle una sonrisa.

Cuando despertó por segunda vez en su nueva vida, pudo apreciar que la oscuridad total se había aclarado. Ahora era capaz de distinguir bultos sin forma, pero que antes era incapaz siquiera de intuir. Ayudado por un humano, fue llevado de nuevo al pabellón de los incompletos. Una vez allí, pudo escuchar las voces de las demás, sus comentarios sus ideas. De fondo, fue capaz de distinguir lo que podría ser una película entremezclado con un extraño repiqueteo que provenía de algún lugar que no sabría describir. Ayudándose con las manos, llegó hasta lo que creyó una pared y al igual que en su primer día de vida, se sentó a esperar a que alguien se fijara en que estaba allí y le hiciera compañía. Sin embargo, en el tiempo que pasó allí nada de eso ocurrió. Ningún Eniak se acercó hasta él para compartir aunque fueran unos segundo de su tiempo. Cuando ya se había mentalizado de que pasaría el resto de horas solo, una voz familiar llegó hasta sus oídos provocando que sintiera algo extraño en su interior.

“No he podido venir antes, lo siento. Estaba viendo una película con los demás y no pude salir hasta que no terminó”

“¿Cómo son? ¿Cómo es una película?”

Silencio. Lo único que sintió fue una mano cogiendo las suyas para tirar de ellas como si quisieran levantarlo. Sin oponer resistencia, le ayudó y se encontró de pie, notando el calor de otro cuerpo al lado del suyo.

“Ven, te lo enseñaré”

Pensando que se trataba de una broma de mal gusto, siguió caminando hasta que Seung Hyun le indicó que se sentase de nuevo, sólo que está vez no lo hizo en el suelo.

“Eso es un sofá, es más cómodo que el suelo, ya lo verás” Silencio “Lo he vuelto a hacer, ¿verdad?”

“Dos veces” contestó mientras acariciaba el lugar en donde estaba sentado, para poder imaginar cómo sería.

“¿Sirve de algo decir que lo siento?”

“Supongo que ya te las devolveré cuando pueda ver” contestó tratando por todos los medios de enfocar algo sin ser capaz de vislumbrar nada. Cuando desistió en su intentó, el peso de lo que creyó la cabeza de Seung Hyun se había acomodado sobre su hombro y su voz le narraba lo que estaba ocurriendo delante de él, entremezclándose con las conversaciones que emergían de la película. Sin ser consciente de ello, buscó con las manos el cuerpo de su compañero y se abrazó a él. Sabía que tenía de dedicarle a su humano cualquier sentimiento de afecto, pero aquel que estaba a su lado, narrándole con paciencia cada escena que se acontecía le hacía sentir un poco menos ciego que antes, por muy idiota que fuera.

La siguiente vez que notó una mejora en sus ojos, se dio cuenta de que era distinguir sombras y figuras más nítidas, pese a que aún no pudiera ver con claridad las facciones de los demás. Aquellos días, Seung Hyun había estado con él, narrándole cosas del mundo exterior, consiguiendo que casi no echase en falta aquel sentido.

“¿Qué ocurrirá cuando vea?” preguntó una tarde, sobresaltando a Seung Hyun quien lo miró sorprendido.

“Te irás con tu humano” susurró haciendo que en Eniak se extrañase.

“¿Qué pasará contigo?”

Seung Hyun no respondió. Lo único que se limitó a hacer fue abrazarlo con fuerza en aquel porche al que habían huido para poder estar solos, para poder alejarse del resto de autómatas.

“Me gustaría hacer algo antes de que pudieras ver Ji” murmuró consiguiendo que el Eniak temblase de pies a cabeza.

“¿El qué?” preguntó inseguro. En aquel momento el no poder ver lo estaba matando por dentro. Necesitaba saber lo que estaría expresando el rostro de Seung Hyun.

“Besarte…¿Podría?”

Sin saber por qué, asintió despacio para sentir casi al segundo los labios de Seung Hyun en los suyos, acariciándolos despacio, activando en él sensaciones que sólo debería haber conocido con su humano.

“Así es como se siente…” logró articular una vez se separaron.

“Sí, eso es un beso Ji”

Con el corazón hecho trizas, Ji Yong se estremeció al sentir el abrazo de Seung Hyun. No le gustaba lo que estaba sintiendo, sabía que no estaba bien, que nunca podría quedarse con él, que tendrían que separarlos antes de que pudiera descubrir todo el mundo a su lado.

“No quiero que te separen de mi Seung Hyun, no quiero ir con mi humano, quiero quedarme contigo. Tú eres mis ojos, tú eres todo lo que he aprendido. No quiero que otra persona me enseñe, que me obligue a tener sentimientos que han nacido contigo… No quiero que eliminen mis recuerdos para poder estar con mi humano”

“Siempre seremos tú y yo Ji, no importa dónde o con quién estemos. Siempre seremos nosotros”

Cuando finalmente pudo ver lo que había a su alrededor creyó que rompería a llorar. En el lugar en donde estaba, el resto de unidades tenían defectos aún mayores que él y aún así sus humanos habían ido a verlos, a darles su apoyo mientras esperaban que fueran completamente funcionales. Sin embargo, su humano no se había dignado a hacer acto de presencia ni un sólo segundo. Recordando que antes de que acabara el día le entregarían, comenzó a buscar a Seung Hyun siendo consciente al momento de que no conocía su aspecto. Temiendo no saber nunca más de él, buscó el porche en el que pasaron su última tarde juntos y encontró a un hombre allí, sentado mientras fumaba despacio observando la lluvia caer.

“Creí que no vendrías nunca”

Reconocer la voz hizo que fuera hacia él para abrazarlo con fuerza. Por fin podía ver el rostro del loco ser que le había robado todo el sentido común. Cuando finalmente tuvo el valor de separarse, se dio cuenta de que al contrario que él o cualquiera de los demás Eniak, Seung Hyun no llevaba el código de serie escrito en el cuello.

“No eres un Eniak” murmuró en un hilo de voz llevándose la mano a los labios.

“Lo siento, sólo soy un humano más. No quería decepcionarte”

“¿Por qué lo has hecho? Espero por tu propio bien de que tú seas mi humano porque sino…”

“Soy tu humano Ji, pero quería que quisieras estar a mi lado por tu propia decisión, no porque la fábrica te hubiera vendido como un simple juguete para adultos”

No supo qué decir en aquel momento, estaba demasiado confuso por la confesión. Por un lado deseaba decirle que se fuera, que no quería saber nada de él por haberlo engañado estando ciego e indefenso. Pero una parte de él le decía que aquel humano era a quien necesitaba a su lado, que realmente era Seung Hyun quien más necesitaba de su presencia y no al revés.

“Sé que no soy tu novio mascota con el que seguramente desearías huir de los humanos, pero no creo que sea tan malo, ¿no?”

Asintió poco convencido y se dejó abrazar por él para sentir en su pecho lo mismo que la última vez que estuvo entre sus brazos.

“Sigo queriendo a mi Eniak…” Susurró entre pucheros para notar casi al segundo los labios de Seung Hyun acariciando los suyos. “Quizás sea un poco condescendiente y me vaya contigo” murmuró para verlo sonreír con cariño. Tal vez en el fondo, su ceguera le había hecho ver las cosas como realmente eran.